Homenaje al Papa Francisco en la ONU: esperanza, justicia y fraternidad
“La mejor manera de conmemorar hoy al Papa Francisco es tomar la antorcha de la esperanza…”, expresó monseñor Gabriele Caccia, Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, durante la sesión plenaria extraordinaria celebrada el 29 de abril en Nueva York. El encuentro se realizó en memoria del Pontífice fallecido el pasado lunes de Pascua, y contó con la presencia simbólica del Secretario General António Guterres, quien participó en su funeral y ordenó izar la bandera de la ONU a media asta en todas sus sedes.
La voz del Papa en la Asamblea General
Monseñor Caccia evocó tres imágenes poderosas del pontificado de Francisco en relación con la ONU. La primera es su histórico discurso del 25 de septiembre de 2015, cuando el Papa habló desde el podio de la Asamblea General, llamando a los líderes mundiales a construir un desarrollo humano integral con el derecho a la vida como base. En esa ocasión, el Pontífice calificó el plan de desarrollo de la ONU como “un importante signo de esperanza”.
Una voz común con Guterres
La segunda imagen fue la del encuentro entre el Papa y el Secretario General de la ONU en 2019, antes del 75° aniversario de la organización. Ambos difundieron una declaración conjunta en video, denunciando el hambre, la pobreza, la desigualdad y el drama de los migrantes. Subrayaron que la carrera armamentista y el rearme nuclear “claman venganza ante los ojos de Dios”.
El símbolo de la Statio Orbis
La tercera imagen fue la ya icónica Statio Orbis, la oración solitaria que Francisco presidió el 27 de marzo de 2020, en una Plaza de San Pedro vacía, durante la pandemia. Monseñor Caccia recordó cómo ese momento mostró al mundo su interdependencia. Pero Francisco, desde el inicio de su pontificado, ya advertía de una pandemia más profunda: la “globalización de la indiferencia”.
El antídoto: Fratelli tutti
Finalmente, el legado espiritual de Francisco fue resumido por Caccia con la imagen del “buen samaritano” que recorre toda la encíclica Fratelli tutti. Para Francisco, la única alternativa ante la indiferencia es la confianza en “la mejor parte del espíritu humano”, esa que no se aparta del que sufre, sino que lo auxilia y lo abraza.
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