6 diciembre, 2025

El canto virginal que apaga la Marsellesa; ese es el testimonio del heroísmo, la fe y la ofrenda del amor de una comunidad de 16 monjas carmelitas descalzas de la ciudad francesa de Compiègne, que, deseando llevar a la perfección su voto de consagración por el mundo, decidieron sellarlo con su propia sangre en las embravecidas calles de París. En la época donde el mundo estaba seguro de haber superado a Dios, este coro de mártires sube al cadalso pregonando: “Ya llega el Esposo, salid a recibirlo”. (Mt 25, 6)

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Mariel

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