Nació en Gramat (Francia), en el seno de una familia de artesanos. Fue ordenado sacerdote en 1827. Sacerdote que ejerció el ministerio parroquial en su ciudad natal, cuidando de forma singular la formación religiosa de la juventud masculina y femenina: erigió un colegio para varones y al año siguiente otro en Praysacc, creó el grupo de las “Hijas de María”. Descubrió la misería de los pobres, ancianos y enfermos y la precariedad de los medios para ayudarlos. Invitó a los jóvenes a ponerse a su servicio para las visitas, cuidados, los socorros materiales y espirituales… y muy pronto con la Sociedad de Beneficiencia del pueblo decidió fundar un Hogar.
De este proyecto nació la Congregación de las Religiosas de Nuestra Señora del Calvario en 1833, de la que es fundador. Contribuyó decisivamente a restaurar las peregrinaciones al tradicional santuario de la Virgen del Rocamador. Fue un gran predicador de misiones populares por los pueblos: en el Lot, el Tarn y Garone. Siempre predicó en “patois”. Se reveló un gran confesor. Quiso ingresar en la Trapa o en los carmelitas descalzos, pero el obispo de Cahors se opuso y Pedro, obedeció.
En 1848, durante una de las misiones populares, perdió definitivamente la voz y tuvo que renunciar a la predicación. Su enfermedad le hizo descubrir el mundo de los sordomudos. En 1854 abrió la primera escuela para sordos en Marynhac-Lentour (Lot) y en 1856 envía a las hermanas para fundar en París un asilo para sordomudos. Los ultimos años de su vida los dedicó a redactar la “Regla” del Instituto que había puesto bajo la advocación de la Virgen del Calvario. Este hombre apasionado por la pasión de Cristo sufrió persecuciones en su ciudad natal donde fue criticado, calumniado y mofado durante los primeros años de su ministerio. Este sufrimiento lo marcó profundamente. Murió en Gramat. Fue beatificado por SS. Juan Pablo II el 27 de abril de 2003.
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