Sábado IV Tiempo de Cuaresma
Jr 11, 18-20
Sal 7
Jn 7, 40-53


Uno de los aspectos más difíciles de cambiar en la persona humana es su manera de pensar. En ocasiones vivimos tan encerrados en nosotros mismos, que no escuchamos la opinión de los otros. Hoy lo hemos visto en el Evangelio. Los fariseos tenían muy en claro el “modelo” del Mesías que esperaban.
Pero resulta que fue todo lo contrario a lo que ellos imaginaban. Conocemos a un Jesús que está lleno de amor; que es misericordioso, no aniquilador; lleno de humildad, no de poder; partidario de la paz, no de la guerra. Jesucristo nos muestra una manera completamente diferente de comprender a Dios: Abba, Padre.
No siempre nuestra visión va a cuadrar con los proyectos del Señor. Por eso va a ser necesario tener una actitud como el profeta Isaías y poder decir: “Señor, instruyeme para poder comprenderte”. Abramos nuestros ojos a nuevos horizontes. Es Cristo que nos muestra una nueva manera de ver a Dios.
Hermanos, que nosotros nos abramos al proyecto de Dios. Que de verdad nos encontremos en sintonía con Él. Que también nosotros podamos decir: “Dichosos lo que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero”.
Pbro. José Gerardo Moya Soto
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