San Casimiro, hijo del rey de Polonia, en el siglo XV, siendo príncipe se destacó por el celo en la fe, por la castidad y la penitencia, la benignidad hacia los pobres y la devota veneración a la Eucaristía y a la bienaventurada Virgen María. Murió joven, consumido por la tuberculosis, dejando en su vida muchas conversiones por su ejemplo de santidad. Se le invoca para conseguir la virtud de la castidad.
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