8 diciembre, 2024

Rey de Hungría, nacido en Polonia en 1031 y fallecido el 30 de julio de 1095. En el orden interno consolidó la monarquía en todos los sentidos, apoyándose en gran parte en la Iglesia y además amplió las fronteras de su reino y entabló provechosas relaciones exteriores.


Hijo de Bela I y de la princesa polaca Riquenza, Ladislao (o Laszlo) nació mientras su padre se hallaba fugitivo de su hermano Andrés I de Hungría, que le amenazaba con la muerte para poder asegurar mejor la sucesión de su hijo Salomón. Ladislao se crió en Polonia en el seno de una familia con un acentuado sentido religioso. Cuando llegó a Hungría siguió impregnándose del ambiente religioso del país, inspirado en las reformas de Cluny. Aceptó las coronaciones de Salomón y su hermano, Géza I, y a la muerte de Géza en 1077 aceptó el trono de Hungría cuando se lo ofrecieron los prelados y nobles del reino.

Pronto se mostró como un capaz gobernante y apagó los últimos focos de paganismo, que habían revivido durante los reinados de sus antecesores. Guerreó contra uzos, pechenegos y cumanos, invocando en sus batallas a San Gil, cuya vida y milagros hizo conocer por todo el país y en honor del cual fundó un importante monasterio, al que dotó de muchos privilegios y prerrogativas. Cubrió las bajas en las filas del clero con sacerdotes extranjeros y fundó numerosas iglesias, entre ellas la de Nuestra Señora de Varadin. Por su sobriedad, recibió el sobrenombre de el Piadoso. Ladislao I se mostró como un decidido protector de la Iglesia y se alineó del lado del Papado en sus luchas contra el Imperio. En la dieta de Espira, sus embajadores declararon que el rey estaba dispuesto a ponerse en marcha con 20.000 hombres, contra los cismáticos de Enrique IV. Incluso el papa Urbano II le ofreció el mando de las tropas occidentales de la primera Cruzada (1095), pero el rey no pudo acudir a los Santos Lugares debido a su muerte aquel año.

San Ladislao también fue un excelente capitán, ídolo de sus soldados. Amplió las fronteras de su país conquistando Eslavonia y estableciendo un obispado en Zagreb, extendiendo su autoridad sobre Croacia, donde consolidó el catolicismo, Dalmacia y Bosnia y fortaleciendo el dominio sobre Transilvania. Sus relaciones con el Papado le pusieron además en contacto con los normandos del sur de Italia, con los que estableció una solidaridad política contraria a la república de Venecia; esta política permitió a su sucesor la conquista de las ciudades dálmatas. También entabló relaciones el rey de Hungría con el emperador de Bizancio Alexis, con quien acordó el enlace de su hija Piroska (más tarde llamada Irene) con el príncipe bizantino Juan; de este matrimonio nacería el que fuera el más poderoso emperador de Oriente, Manuel Comneno.

Ladislao fue uno de los reyes más populares de Hungría. Las fuentes lo describen como un hombre de muy elevada estatura y las leyendas aureolan su figura de guerrero y de santo. Igual que durante siglos las tropas españolas se lanzaban a la carga al grito de ¡Santiago!, los húngaros invocaban ¡Laszlo, Laszlo!, con la creencia de que le rey bajaría del cielo para ayudar a los suyos. Fue enterrado en Varadin y canonizado en 1192 por Celestino III. El martirologio romano lo cita el 27 de junio, día en que se hizo una traslación de sus reliquias.

San Ladislao, que había casado con la hija del rey Rodolfo, enemigo del emperador, murió sin descendencia y fue sucedido por su sobrino Colomán, el Librero.

Fuente: Texto extraído de MCN Biografías

Agregar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Desde las Redes

Desde las Redes es un portal católico dedicado a la Evangelización digital. Somos un equipo de profesionales poniendo nuestros dones al servicio de la Iglesia. Lancemos las redes y compartamos la fe.

Nuevos