28 marzo, 2024

En la Toscana Italiana, Santa Catalina de’ Ricci, monja de de la Tercera Orden Regular de Santo Domingo, se dedicó a reformar la Iglesia y a vivir el amor dentro de su convento, sirviendo como Madre Superiora y ayudando mediante las gracias y dones que Dios le dio como revelaciones, don profecía, milagros, el don de leer los corazones y de tener luces especiales en los más delicados asuntos de los que ella nada sabía. Murió diciendo a sus hermanas que se mantuvieran siempre en el amor de Dios.

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Mariel

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