Santa Magdalena, nacida el 12 de diciembre de 1779 en Joigny de Borgoña, fue una mujer excepcional que dedicó su vida al servicio de la educación y a la formación de jóvenes. Desde temprana edad, mostró una pasión por el aprendizaje, sumergiéndose en el estudio del latín, griego, historia, física y matemáticas. Además, cultivó su fortaleza emocional y fuerza de voluntad.
La vida de Santa Magdalena dio un giro cuando fue llamada por el Padre Varín, de la Compañía de Jesús, para colaborar en la restauración de la educación en las escuelas católicas, que habían sido suprimidas durante la Revolución Francesa. El Padre Varín compartió su visión de fundar una congregación de educadoras, inspirada en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Aunque llena de dudas sobre sus propias capacidades, Santa Magdalena aceptó humildemente unirse a esta misión.
El 21 de noviembre de 1800, partió hacia Amiens para enseñar en la primera escuela que se convirtió en convento de la congregación. A los 23 años, siendo la más joven de su comunidad, fue nombrada para gobernar la congregación. A lo largo de su vida, fundó 105 casas en diversos países, incluyendo Francia, Roma, Inglaterra, Austria y Suiza.
Movida por su amor hacia la juventud, Santa Magdalena buscó establecer escuelas para niñas pobres y pensionados de pago en cada lugar posible. Aunque no podía visitar todas las fundaciones, se mantenía en contacto a través de cartas, escribiendo innumerables mensajes. Además, se encargaba de la administración de la casa madre y recibía a visitantes en busca de consejo. En una de sus cartas, escribió: “El trabajo excesivo es un peligro para las almas imperfectas; pero las perfectas obtienen, por ese medio, una rica cosecha”.
En diciembre de 1826, la Sociedad del Sagrado Corazón fue oficialmente aprobada por el Papa León XII. A los 85 años, en 1864, Santa Magdalena expresó su deseo de renunciar a su cargo, pero la asamblea solo permitió nombrar una vicaria que la ayudara en su labor. El 21 de mayo de 1865, sufrió un ataque que la dejó paralizada y cuatro días después, en la festividad de la Asunción, falleció. En 1925, fue canonizada como santa.
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