Santo Tomás Moro, padre de familia, de vida integérrima y presidente del consejo real, fue mártir por haberse opuesto al rey Enrique VIII en la controversia sobre su matrimonio y sobre la primacía del Romano Pontífice. Fue encarcelado en la Torre de Londres, en Inglaterra. Por mantenerse fuel a la Iglesia Católica murió el 6 de julio de 1535, uniéndose así al martirio del Obispo San Juan Fisher. Se le conoce como patrono de los abogados, los políticos y también un santo del buen humor. Hoy recordamos lo que es permanecer fueles a la Verdad de Dios, que es Cristo Jesús.
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