Esta mañana, el Santo Padre León XIV recibió en audiencia a los participantes de la Asamblea General de las Pontificias Obras Misionales (POM), reunidos en Roma con representantes de más de 120 países. En su discurso, el Papa destacó la importancia de la animación misionera en una Iglesia que, como señaló, debe ser “una levadura de armonía para la humanidad”.
La misión, centro de la renovación eclesial
Dirigiéndose a los secretarios generales, directores nacionales y personal de las POM, el Papa expresó su profunda gratitud por la labor de estas instituciones, a las que definió como el “medio primario” para despertar la responsabilidad misionera de todos los bautizados, especialmente en las comunidades donde la Iglesia aún es joven.
Recordó el papel clave de cada una de las obras: la Propagación de la Fe, la Santa Infancia, San Pedro Apóstol y la Unión Misional, señalando que todas ellas forman parte de una “gran labor eclesial” que acompaña a las Iglesias en territorios de misión, especialmente a través de programas pastorales, vocacionales, formativos, y de asistencia humanitaria.
Evangelizar en un mundo herido
“El mundo, herido por la guerra, la violencia y la injusticia, necesita escuchar el Evangelio del amor de Dios”, afirmó el Papa, insistiendo en que la misión de la Iglesia hoy, como en los días posteriores a Pentecostés, exige “confianza, alegría y coraje”. Reiteró el llamado a todos los fieles a cultivar un espíritu de discípulos misioneros y pidió a los directores nacionales priorizar las visitas a parroquias y diócesis para animar el compromiso local.
Comunión y universalidad: identidad de las POM
En la parte final de su intervención, el Pontífice reflexionó sobre dos ejes fundamentales del carisma de las POM: la comunión y la universalidad. “Cristo es nuestro Salvador y en Él somos uno”, afirmó, citando su lema episcopal In Illo uno unum. En esta unidad trinitaria, explicó, encuentra sentido el carácter misionero de la Iglesia, que debe trascender las fronteras locales para llevar a todos la riqueza del Evangelio.
El Papa concluyó encomendando a los miembros de las POM a María, Madre de la Iglesia, e impartió su Bendición Apostólica. Invitó a todos a ser verdaderos “peregrinos de esperanza”, especialmente en este Año Jubilar, haciendo eco del lema de la Jornada Mundial de las Misiones 2025.
Agregar comentario