En un emotivo comunicado, el Colegio Cardenalicio ha solicitado al pueblo de Dios que aumente sus oraciones, especialmente en las vísperas del Cónclave, para acompañar el proceso de elección del nuevo Papa. Este llamado se produce en un momento de gran trascendencia espiritual, justo antes del inicio del mes mariano y el 1 de mayo. Los cardenales, al igual que el Papa Francisco, consideran que la oración de los fieles es “una verdadera fuerza” capaz de promover la unidad dentro del Cuerpo de Cristo, especialmente durante este periodo de vacante en la Sede Apostólica.
La unidad de la Iglesia a través del Espíritu Santo
El dominico Sylvain Detoc, experto en teología del rosario, reflexionó sobre el impacto de la oración en la unidad de la Iglesia. Según Detoc, “el Espíritu Santo nos lleva al mundo de arriba, al mundo del Señor, al mundo de Dios. Él es quien da unidad a la Iglesia.” Sin este acompañamiento del Espíritu Santo, la Iglesia sería solo una organización humana, sin la capacidad de trascender y cumplir su misión divina. En este sentido, la oración de los fieles no solo es importante, sino fundamental para que los cardenales puedan acoger la unidad que viene de lo alto, superando la dimensión puramente humana de la elección papal.
El Cónclave: un acto sobrenatural
La oración, en palabras de Detoc, “nos prepara para acoger la unidad” que el Espíritu Santo quiere realizar en la Iglesia. Es un llamado a no caer en la “cháchara mundana” sobre el acontecimiento, sino a entrar en la dimensión sobrenatural de este proceso. El Espíritu Santo, como el “director de orquesta”, actúa para unir a todos los miembros de la Iglesia en esta importante elección, un evento que, más allá de lo humano, es una invitación a “acoger esta obra sobrenatural, estamos dispuestos a dejar que suceda.”
El cuerpo vivo de la Iglesia: la oración de todos
Aludiendo a la metáfora paulina, los cardenales enfatizan que la Iglesia es “un cuerpo vivo”, y como tal, cada miembro tiene una función vital en la obra de Dios. “Necesitamos a todos, necesitamos las oraciones de todos”, declaran, destacando la importancia de la colaboración de cada fiel para que la Iglesia cumpla su misión. La oración del pueblo de Dios, especialmente la de los “pequeños”, es esencial para que la obra del Espíritu Santo sea acogida y realizada con humildad.
Reinar es servir: la humildad en la oración
El Cardenal Sandri recordó a sus hermanos cardenales que “reinar es servir”, tal como lo hizo el Papa Francisco. Este principio, profundamente arraigado en la humildad, es vital para afrontar el desafío de elegir al próximo Papa. La oración de los fieles, en especial la de los pequeños y humildes, es una fuente de fortaleza que mantiene en pie a la Iglesia. Detoc hizo hincapié en cómo “la oración de los pequeños” a menudo es la que mueve las montañas, haciendo referencia a la tradición popular que resalta cómo las oraciones humildes, como las de una anciana rezando su rosario, son las que sostienen la Iglesia en momentos decisivos.
La necesidad de una oración unida
Este momento crucial, que coincide con el tiempo de Pascua y el inicio del mes de María, es un tiempo de “unión en la oración”. Como se menciona en el Apocalipsis, es fundamental que la Iglesia escuche lo que el Espíritu Santo tiene que decir en este tiempo: “La cuestión central es: ¿qué quiere realizar hoy el Espíritu Santo para la humanidad en la sucesión de los apóstoles?”, se pregunta Detoc. Este llamado a la oración colectiva es un acto de humildad, no solo un rito, sino un ejercicio profundo que une al Cuerpo de Cristo en un solo propósito: estar abiertos a la acción del Espíritu Santo en la elección del nuevo Papa.
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